Palestrina: fue un compositor italiano renacentista de música sacra y el representante más conocido de la Escuela romana de composición musical del siglo XVI. Tuvo mucha influencia en el desarrollo del contrapunto, y su obra se considera la culminación de la polifonía renacentista.
Su producción musical está
formada casi en su totalidad por piezas polifónicas y de carácter sacro,
destinadas a acompañar a la liturgia católica. La excepción es cierto número de
madrigales profanos. Entre sus obras, destaca la Misa al Papa Marcelo.
Johann Sebastian Bach: fue un compositor, músico, director de orquesta, maestro de capilla, cantor y profesor alemán del período barroco. Una sus mayores contribuciones a la música fue el desarrollo y perfeccionamiento de los preludios y fugas. La habilidad de Bach para entrelazar complejas melodías y crear contrapuntos es incomparable.
Bach fue uno de los primeros compositores en utilizar el clavecín como instrumento solista y en la creación de arreglos para orquestas de cámara. También fue un innovador en la música religiosa, y su obra incluye algunas de las cantatas y oratorios sacros más importantes.
Bach fue capaz de crear música
que no solamente glorificaba a Dios, sino que también era hermosa y
emocionalmente conmovedora. Entre sus obras destaca el Clave bien temperado, la
Pasión según San Mateo, las 6 Suites para Cello y los Conciertos de Brandemburgo.
Haydn: Fue un músico virtuoso, un compositor de gran magnitud considerado como uno de los máximos representantes del Clasicismo y el Padre de la Sinfonía moderna. Escribió más de 106 sinfonías y fue un gran amigo de Wolfgang Amadeus Mozart y profesor de Beethoven.
Sus obras más importantes son: Sinfonía
n.° 101 en re mayor, Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz, y los Conciertos para violonchelo n.° 1 y nº2.
Mozart: fue un compositor, pianista, director de orquesta y profesor del antiguo Arzobispado de Salzburgo, maestro del Clasicismo, considerado como uno de los músicos más influyentes y destacados de la historia. Esto se debe a que su música es innovadora, accesible y sirvió de inspiración para los músicos que le siguieron. Escribió sinfonías, óperas, conciertos para solistas y música de cámara.
Fue un niño prodigio que empezó
su andadura musical a una edad muy temprana. A pesar de su corta vida, se le
atribuyen 621 obras que incluyen 68 sinfonías, 36 sonatas para violín, 27
conciertos para piano, 26 sonatas para piano, 23 cuartetos de cuerda, 6 quintetos
de cuerda… Entre todas ellas, destacan la Sinfonía 40, La flauta Mágica (ópera),
Las bodas de Fígaro (ópera) y el Réquiem.
Beethoven: Considerado uno de los
compositores más importantes en la historia de la música por innovar en la
creación de sinfonías, cuartetos de cuerdas y conciertos para piano y orquesta.
Procedente de una familia
humilde, Beethoven se crio bajo la admiración de su padre por la música clásica
y el gran prodigio de Mozart. Gracias a él, con tan solo unos pocos años
comenzó a tocar el órgano, el clarinete y el piano. Éste último fue odiado por
el artista durante su niñez, aunque escribió las mejores sonatas para piano de
la historia.
Desde bien pequeño, Beethoven
sufrió multitudes de enfermedades como el tifus, infecciones y problemas de la
piel. A sus 27 años, el genio de la música estaba completamente sordo y solo
podía escuchar un pequeño zumbido.
Entre sus obras destacan sus
Sonatas para Piano, sus Nueve Sinfonías y Fidelio, su única ópera.
Su novena sinfonía fue estrenada el 7 de mayo de 1824 en Viena. Cuando Beethoven escribió esta maravillosa obra ya estaba completamente sordo. Sin embargo, eso no le impidió componer esta sinfonía y presentarla junto a una de las mayores orquestas. Eso sí, con la ayuda de un director musical.
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